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Aceite esencial de Árbol del Té: antibiótico natural, destruye las bacterias e impide su desarrollo posterior por espacio de horas e incluso días.
Azufre: regulador de las glándulas sebáceas y normalizador de la función cutánea.
Manteca de Karité: tiene propiedades protectoras y regenerantes de la piel.
No es comedogénica, no produce granos.
Aceite esencial de Ylang-Ylang, Lavanda y Pomelo: regeneradores y reguladores de la dermis.